Escapada
Escapada
Del verbo escapar, la escapada es la huida, la fuga. La acción de irse especialmente de un lugar y de manera oculta. Pero hoy no hemos venido a darte lecciones de semántica. Solo queremos hablar de la escapada. Y no precisamente de esta, sino de la otra. La que nos pertenece como embajadores de las vacaciones.
Volvamos a empezar.
Del verbo escapar, la escapada es un viaje o salida que se hace de manera rápida y por poco tiempo, generalmente dejando las ocupaciones habituales y con el propósito de divertirse. ¡Ahora sí!
El Dios de las vacaciones una vez dijo ¡Hay que hacer escapadas de vez en cuando! Sabias palabras, la rutina es dura. Por desgracia las semanas se distribuyeron en cinco días laborables y dos de fin de semana. Y todos sabemos que los dos días del finde pasan más rápido que lo que tardas en beberte un café el lunes. Y bueno, ¿qué le vamos a hacer? La cosa va de aprovechar estos dos magníficos días llamados sábado y domingo y que nos hagan olvidar que después de ellos siempre vuelven los otros cinco.
Escapadas de finde. Eso es. El viernes, aliado del sábado y del domingo, es ese día que hay que actuar. Hay que coger el coche, la Sarfa, el tren, el helicóptero, lo que sea que tengas a mano. Y escapar. Y escapar con gracia. Escapar a Tossa de Mar y comer una paella a pie de playa. Escapar a Figueres y visitar el legado de Dalí. Escapar a Lloret y beber el agua de los floreros mientras bailas fuerte. Escapar incluso a Canarias y dormir la siesta en una playa desierta de Fuerteventura. Cada unx de nosotrxs tenemos nuestra idea de escapada en la cabeza. Solo nos falta hacerlo.
Porque salir de la ciudad y notar cómo paulatinamente el estrés se va diluyendo no tiene precio. Luego la paella sí, pero la pagarás encantadx porque sentirás que has aprovechado ese finde con una fantástica escapada.